Como si fuese un cineasta les voy a contar algunas historias que terminan en el porqué de esta serie. Tres historias que no fueron temporales pero que si desencadenaron collage que hasta el dÃa de hoy sigo haciendo.
La primera, un regalo familiar. Se ve que desde chico era loco por juntar y guardar recortes, diarios y papeles. Seguramente fue por esto que mi mamá un dÃa me regalo una serie de estampillas que desde chica juntaba. No fueron muchas ni muy valiosas, mas bien comunes y repetidas, pero con un valor muy grande para nosotros. Esas estampillas las tuve guardadas por mucho tiempo, recién terminado la bitácora las encontré y pude cerrar esta serie.
La segunda parte de esta historia transcurre en Miami durante el 2016. Como parte de nuestro trato, Claudio un dÃa me regala una bitacora que arrastraba desde México, creo yo que le costo desprenderse de ella pero el tamaño era algo "incomodo" para un proyecto que no fuera este. Para nosotros que trabajamos mucho sobre bitacoras, esta era realmente linda, de esas que nos da cosa tocar. Su color amarillo y esa forma "rara" la hacen algo particular.
En la tapa una estampilla real. Ya acá me despertó la idea de hacer estampillas para mi vieja. Al abrirla indica sus caracterÃsticas dando un plus para quererla un poco mas. "Papel interior mexicano de 90g, encuadernación en cartoné, forro de pasta dura de papel 100% reciclable como tejuelo timbre de curso legal". Y en la contra tapa, "Editorial Verdehalago, S.A de C.V. certifica que el imbre utilizado como tejuelo es auténtico en todo respecto filatélico y fue emitido para uso postal".
Todo me indicaba que esta bitacora era para llenar de estampillas, en este caso hechas por mi.
La tercera parte de esta historia fue el "como" arranque a hacer esta serie, porque nada en este arte es tan literal como parece. La razón fue no tirar papel. Desde que hago collage, nada pero nada se tira, todo tiene una nueva función. Con esto no quiero decir que todo papel que se "desecha" de collage es otro collage, lo que promulgo también no es ser ladrón o artesano del arte. Mucho desecho, puede llegar a ser una pelota de futbol para mi hijo o papel para el asado del domingo.
En este caso, como ya insinué, fue para no tirar papel. Con las sobras de otros collage y algunos recortes viejos sin rumbo empece a hacer estampillas. El tamaño me daba justo para dejar de tirar recortes chicos que ya no "servÃan" y esta serie fue una respuesta a un problema. Es asà que el tamaño de la bitacora y el regalo de mi vieja hicieron de estos recortes una serie que dificilmente se termine en algún momento.
Podes encontrar mas de estos collage en las historias destacadas en mi Instagram.